MALBEC DE EXTREMA ALTURA NOMBRADO
VINO DEL AÑO
DEL 2018 POR WINESTRATEGIS DE MARIANO BRAGA
"¡Vengan, miren! Las uvas están pintando el metal de la trituradora violeta. ¡Nunca vi eso!"
Capataz de la bodega durante la vendimia de la cosecha 2016 del vino de extrema altura SUNAL
Agustín Lanús es un ingeniero agrónomo argentino y sommelier, con un máster en Ciencia de la Viticultura y Enología del muy respetado programa Vinifera EuroMaster, completando sus estudios en Montpellier y Burdeos, Francia y en Asti, Italia.
Antes y después de completar su maestría en el programa europeo más prestigioso para la elaboración del vino, Agustín trabajó en bodegas de todo el mundo, incluyendo Ceretto (Alba, Italia); Chateau Beychevelle (Burdeos, Francia); Rutini (Tupungato, Argentina); Bodega Burdigala (Toro, España); Lurton (Douro, Portugal); y KWV (Paarl, Sudáfrica).
En 2006, Agustín viajó a la provincia de Salta, Argentina, con un objetivo específico: explorar los micro terruños únicos que se encuentran en las regiones de extrema altura del Valle Calchaquí.
Estos terruños, que van desde los 1.650 a los 3.100 metros sobre el nivel del mar, albergan algunos de los viñedos más altos del mundo (ver mapa). En contraste, los viñedos comerciales más altos de Europa se encuentran a 1.300 metros.
En este sitio web presentamos los distintos vinos de altura y extrema altura de Agustín Lanús, un conjunto de obras que surgen a partir de la pasión por crear vinos extraordinarios al extender la noción de aquello que es posible.
Agustín Lanús
Estos viñedos están ubicados en lugares extremadamente aislados, haciendo que el tiempo, los recursos y los costos de sostenerlos sea un reto incluso para el más apasionado de los enólogos.
Sin embargo, la calidad superior de los vinos compensa el esfuerzo, ya que las variaciones extremas de temperatura, los mayores niveles de radiación solar y el largo período de maduración dan como resultado vinos altamente concentrados y complejos.
“El Malbec de gran altura suele tener un color más intenso, un paladar más denso y un mayor potencial de envejecimiento que su contraparte de baja altura. Además, muestra niveles más bajos de alcohol y mayor acidez, resultando en un vino más armonioso con mejor capacidad de maduración.”
La producción de vinos a alturas extremas requiere mucha dedicación y la voluntad de asumir el riesgo de que la uva no madure a tiempo, antes de que vuelva el invierno.